Alergia a collares antiparasitarios ¡como pica!

perro collar antiparasitario

¿Pero existe la alergia a los collares antiparasitarios?

Una de las primeras cosas que quería comprar cuando Potter llegara a casa, era su collar antiparasitario, ¿por qué? Me parecía algo ´básico. Además, por donde íbamos a sacar a pasear a Potter es un parque grande pegado a un río, lo que significa, muchos bichitos y muchas posibilidades que hubieran pulgas y mosquitos, si a eso le sumamos que descubrí la palabra Leishmaniasis y que me obsesioné con que mi perrete estuviera a salvo de ese dichoso mosquito, no concebí no ponérselo. Lo que no me imaginaba ni por asomo es que hubiera alergia a collares antiparasitarios.

El collar de la discordia

Como bien os conté en el post de este blog donde hablo de MUCHOMASCOTA (que es una de las tiendas favoritas de Potter), donde fui a comprar snacks naturales y cositas ´básicas para después de su llegada que incluía el collar antiparasitario. En mi cabeza estaba comprar el collar de Scalibor, pero finalmente terminé comprando Prevendog, ya que Cristina me explicó, después de leerme los prospectos, que protegía más tiempo y al final, el componente repelente era el mismo, la deltrametrina. En cuanto llegó a casa, de las primeras cosas que hice fue ponérselo y quedarme tranquila pensando que estaría protegido frente a cualquier bichete que quisiera molestarle.

¿Cómo descubrimos la alergia?

Si es verdad que fuimos observando como pasaban los días Potter se rascaba el cuello, pero lo achacamos a diferentes factores como:

  • Estrés: La adopción, nuevas dueñas, un nuevo hogar… todo ello era una gran carga de estrés para cualquier perrete, y el rascarse y mordisquearse son formas que tienen de mostrarlo.
  • Falta de costumbre: Potter nunca había llevado antes un collar antiparasitario, con lo que no dejaba de ser un elemento nuevo para él, y que además, estaba rodeando su cuello. Parecía normal que se rascara, como si intentara quitárselo.

Cuando fui a recoger a Potter de una de sus sesiones de entrenamiento con Enrique, me comentó que había notado que el perrete tenía un enrojecimiento en la zona del cuello, y que le gustaría que Raquel, le echara un vistazo. Cuando ella lo examinó, nos comentó que en su opinión profesional, ella veía un enrojecimiento y una pérdida de pelo en la zona que estaba relacionado con alergias a los collares antiparasitarios, pero que estaría bien que lo consultáramos con su veterinaria, así que aprovechando que teníamos la última revisión con ella para hacerle la consulta.

La preocupación me vino, cuando pensé que ya no podía usar más el collar antiparasitario, ¿qué íbamos a hacer ahora? Me entró el agobio y me puse a investigar, y las soluciones que encontré fueron las siguientes:

  • La pipeta tiene una vida muy corta, y Potter juega mucho por el parque, así que le bañamos en casa y además, me gusta limpiarlo con toallitas para animales, así que el efecto iba a ser casi nulo.
  • Me hablaron de la pastilla de desparisitación interna, pero después de seguir investigando, leí por un veterinario que no protegía contra la leishmania, así que descartada también.
  • Aceites y soluciones naturales, soy muy partidaria de siempre que se pueda usar algo natural, fuera químicos, pero después de investigar, vi que por un lado, eran aromas muy fuertes que no son buenos para el olfato del perro, ya que le pueden causar problemas. Por otro lado, aunque es cierto que ciertos aceites y esencias son repelentes de insectos, no encontré ningún estudio que avalara que pueden proteger sobre la leishmaniasis, así que sinceramente, no iba a poner en riesgo a Potter.

Solo me quedaba esperar, y ver que nos contaban en el veterinario.

El diagnóstico y la solución

Después de comentárselo a Silvia, de la Clínica Veterinaria de Alovera, nos confirmó que efectivamente, la alergia a collares antiparasitarios era más común de lo que pensábamos, y que Potter la sufría, pero sobre todo, la alergia se debía a la deltrametrina, con lo que quedaba descartado el uso de Scalibor o Prevendog. En ese momento yo le pregunté que si pasaría lo mismo con el collar de Seresto, a lo que nos dijo que no, que Seresto era un collar eficaz por más tiempo, eso si, algo más caro (minímamente según mi opinión) y cuyos ingredientes activos eran imidacloprid y flumetrina, principios activos que producen muchas menos alergias. Era resistente al agua, y además en caso de querer, se pueden compaginar con otros antiparasitarios. Por otro lado, nos tranquilizó porque aunque Potter tenía varias zonas enrojecidas por la alergia, y se le estaba comenzando a crear alguna calvita, nos comentó que al habérselo quitado y haberle bañado para dejar limpia la zona, se le curaría fácilmente, y el pelo volvería a salir.

Cuando salimos del gabinete, vi que tenían el collar a la venta, con lo que me terminó de convencer para comprárselo a Potter por dos motivos, el primero, porque ella no intentó vendérmelo, me dio su opinión sincera sobre los diferentes productos (también tenía las otras dos marcas), y por otro lado, al incluirlo en su ficha, nos avisaban por teléfono cuando tuviéramos que cambiarlo, y así no tenía que añadir una nueva alarma a mi calendario.

collar antiparasitario perros

El resultado que nos dio, y nuestra opinión.

Después de ponerle el collar de Seresto, Potter no volvió a rascarse, se curaron las rojeces y desaparecieron las calvas. Además, funciona muy bien, ha estado haciendo calor y han habido garrapatas por los senderos cercanos al río, pero a día de hoy (de esto han pasado ya casi tres meses) solamente le hemos encontrado una, y estaba muerta, con lo que se confirma la eficacia del collar. Hemos salido también de ruta por la montaña y vamos tranquilas, hasta el momento, no nos planteamos combinarlo con nada más. Aunque es resistente al agua, eso si, preferimos quitárselo cuando le bañamos, y estamos deseando seguir poniéndolo a prueba con más escapadas por la naturaleza. Seresto se ha ganado nuestra plena confianza.

Escrito por

He vivido en tantos sitios que ya ni se de donde soy. Me gusta el rosa, los unicornios y creo que nunca hay suficiente purpurina. Amante del Marketing desde antes que yo misma lo supiese he decidido escribir sobre como cambia tu vida cuando decides adoptar a un perrete.

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